La palabra detrás lleva tilde cuando es pronunciada con vocal tónica en la «a».
Las palabras agudas acabadas en «n», «s» o vocal llevan tilde.
Análisis: por qué detrás lleva tilde.
Analicemos paso por paso el motivo por el que detrás lleva tilde. Este proceso está también explicado con más detalle en el libro de LlevaTilde, donde puedes aprenderlo fácilmente.
Separación silábica
El primer paso para determinar si una palabra lleva tilde es separar sus sílabas, que son los sonidos articulados en torno a una vocal en los que se divide una palabra. La separación silábica de detrás es:
de - trás
Por lo tanto, la palabra detrás está formada por 2 sílabas.
Clasificación por tipo de palabra
El siguiente paso es determinar sobre qué sílaba recae la vocal tónica en la «a». La sílaba tónica es la última de un total de 2 sílabas. Por lo tanto, detrás es una palabra aguda.
Aplicación de reglas
Las reglas sobre tildes dicen que:
Las palabras agudas acabadas en «n», «s» o vocal llevan tilde.
Conclusión
La palabra detrás, pronunciada con vocal tónica en la «a», lleva tilde.
Análisis morfológico
Detrás es un adverbio.
Ejemplos de detrás con tilde
«Estaba harto de los seguimientos y las interminables esperas en lugares estratégicos, anotando datos en una libreta y ocultándome todo el tiempo detrás de un periódico.» —Hugo Burel en El caso bonapelch.
«Ese día, detrás de un biombo de farmacia, me encontré —otra vez— frente a un tedioso pesaje en una balanza electrónica como las del Mercado de Hacienda.» —Mauro Fulco en Gordos.
«Pero por detrás, un ejército de cuadros políticos maneja las decisiones cotidianas de gobierno.» —Fernando Amato, Christian Boyanovsky Bazán en Setentistas.
«Había ya una multitud creciente reunida en la histórica plaza, que vio ingresar a la columna por detrás del edificio del Ministerio de Economía y girar para avanzar sobre la calle Yrigoyen.» —Fernando Amato, Christian Boyanovsky Bazán en Setentistas.
«Antes de que pudiera decir cualquier cosa, sin embargo, una bella enfermera con ojos verdes y pupilas dilatadas como jugosas aceitunas sin hueso se materializó detrás de mí y me levantó la bata.» —Ruben Orozco en Infortunios del mono infinito.